"Para quienes creen en Dios, la mayoría de las grandes preguntas están resueltas.
Para quienes no aceptamos la fórmula divina, las grandes respuestas no permanecen escritas sobre piedra.
Somos flexibles. Nos ajustamos a las nuevas condiciones y descubrimientos.
Somos flexibles.
Yo soy mi propio dios.
Estamos aquí para olvidar las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educacional.
Estamos aquí para beber cerveza.
Estamos aquí para acabar con la guerra.
Estamos aquí para reírnos del destino y vivir nuestras vidas tan bien que la muerte tiemble al llevársenos."
(Charles Bukowski)
Hoy a la hora del café ha salido el tema de la religión y ordenando mis desordenados archivos me he encontrado con la cita de este señor (no he leído nada de suyo, pero es la segunda vez que veo una cita interesante de él, tendré que ponerme a ello cuanto antes) y me parece que es una buena ocasión para recuperar uno de los textos que borre hace unos meses.
2010-12-24
Hoy ha muerto el padre de una amiga.
Los cristianos la hicieron buena al poner la navidad en el solsticio de invierno, cuando los más débiles se mueren y los que quedan sufren la penitencia de vernos a los demás en nuestra precocinada felicidad, y Ellos teniendo que cargar con su tristeza.
Cuando Gontzal se suicidó (sin ser alguien realmente cercano a mi, ha sido la muerte que más me ha tocado y más me ha hecho pensar), me quedé impactada por lo absurdo, acabar con todo justo después de aprobar todas las asignaturas y finalizar la carrera.
En la iglesia, el cura trataba de calmar del dolor de todos diciendo que Él (nuestro compi) estaba en un lugar mejor esperándonos, que ahora descansaba … Mientras esa desgastada palabrería me resbalaba como un líquido viscoso y desagradable, yo solo podía pensar que qué bueno sería poder creer en ese bonito cuento de consolación, que para los no creyentes no hay consuelo. Gontzal se había ido, ya no estaba y nunca más iba a volver a estar.
Hoy, años después, me he dado cuenta de que para nosotros, para los que no creemos en esas milongas de que más allá hay un lugar mejor, para nosotros también hay consuelo. Todos los que nos dejan están vivos cada vez que los recordamos y si son de nuestra familia mucho más. Están aquí en nuestros gestos, en nuestra forma de ver el mundo, en cada átomo que nos compone y el de las hijas de nuestras hijas; estarán siempre aquí, porque siempre les recordaremos.
Las lágrimas casi se me escapan cuando pienso que un día también mis padres se irán; no sé si estos pensamientos me consolarán, espero que sí; espero tardar mucho, mucho en necesitarlos.
Yo soy mi propio dios y yo mantendré vivos a los míos en mi memoria, he dicho.