Caminas por la ciudad,
la vista en el asfalto húmedo y una melodía te asalta;
miras al horizonte: el monte rodeado de niebla,
cierras los ojos y ahora estas en otro lugar.
Sola acompañada del silencio.
Tic, tic, tac
Tac, tic, tic.
Tac, tic, tic.
La leve respiración del reloj,
Llena el silencio de tu habitación.
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